Sergio Andrés de León nació en Nueva York en 1972. Se ha dedicado a actividades variopintas después de haber abandonado las divertidísimas cuestiones del Derecho. Pinta, escribe, baila tap, fuma puro de vez en cuando y baila con la mejor delas técnicas. Por el momento vende "tiempo compartido". Usted manda sus generales y Don Sergio se pone en contacto con usted. !Aproveche!

3.17.2006

PRESENTACIÓN DE LAS AVENTURAS DE DANIEL DUVERGER

De nuevo quedamos Duverger y yo frente a la chimenea. La confusión aumentaba dentro de mí. ¿Por qué el señor Duverger me recibía tan amablemente? ¿El escudo de Sanborns sobre su chimenea tenía algo que ver con Armando y conmigo que nos confesábamos auténticos Homo sanborns? Pero, se me olvidaba en ese momento, la pelota estaba de mi lado. Quien debía dar explicaciones era yo.
-¿En qué le puedo ser útil, Dr. Lagarde?-, disparó Duverger.
-Un amigo que tenemos en común se preocupa por su salud…
-¡No me diga! Presiento que es mi buen amigo González Sachi. Y supongo que le dijo que su servidor se estaba volviendo loco. ¿No es así?
-No con esas palabras, pero me pidió que lo visitara para, digamos, ver que todo se encuentra bien…
-Doctor, por favor, acompáñeme a la biblioteca-. Le di un buen trago a mi cognac y seguí al señor Duverger. Pasamos a su enorme biblioteca, Toulouse nos seguía entre maullidos. Como si se tratara de una película o de una historia de espías, Duverger tocó el lomo de un libro y se accionó un dispositivo. En cuestión de segundo la biblioteca se convirtió en una sala con monitores, con estantes expedientes, relojes con la hora de las capitales más importantes del mundo, faxes, teléfonos, mapas. No podía creer lo que mis ojos veían y, por supuesto, no me explicaba cómo Duverger se abría tan confiadamente a una persona que apenas, creía yo, conocía. De la pared del fondo de la espaciosa habitación bajó una gran pantalla, como las que se usan en la NASA para monitorear los lanzamientos. En el centro de la pantalla, vi, de nuevo, el escudo de “Sola su virtud…”.
-Desde esta habitación monitoreamos, hmmm, cómo decirlo, las actividades de ciertos personajes que son potencialmente peligrosos…
-¿Como el Maese Chofonías?-, dije rascándome la barba y con descarado tono irónico.
-Veo con gusto que Armando le ha contado bien los detalles del chisme-. Duverger se disponía a apretar algún botón de un panel de control cuando cuando Toulouse empezó a maullar con desesperación. Toulouse salió de la biblioteca. Duverger activó el mecanismo para ocultar las pantallas y dispositivos de su “laboratorio” y los libreros volvieron a ocupar su lugar. Con voz entre divertida y nerviosa, me dijo:
-Creo que tenemos visitas, Dr. Lagarde. Acompáñeme y en unos momentos le explicaré qué es lo que está sucediendo y lo que no debe, bajo ninguna circunstancia, suceder-. Salimos de la biblioteca. Toulouse maullaba frente a la puerta que se encontraba abierta.
-Bien, bien, veamos qué pasa-, dijo Duverger al tiempo que pasaba su mirada sobre toda la planta baja de la casa. Volví a sentir la sensación de extrañeza cuando llegué a esa casa. Creí, de nuevo, ver una sombra que se deslizaba con agilidad por el jardín. Toulouse saltó a la mesa de la sala donde olisqueó un paquete que yo no había visto cuando llegué. Era una caja plateada, recuerdo que era una especie de trabajo de repujado en plata. Duverger se llevó la mano a la frente y lo escuché decir: “No puede ser, no otra vez. Tanto trabajo que me costó remodelarla…”. Una luz cegadora invadió la casa y una fuerte explosión me hizo volar en una nube de vidrios, astillas, humo y olor a azufre. Luego de la explosión un silencio lleno de incertidumbre se apoderó de la casa. No me atrevía a moverme, porque el temor a darme cuenta de que había perdido un miembro era más fuerte que el deseo de salir corriendo de ahí. Sentía un gran hormigueo en todo mi cuerpo, pero me preguntaba si no era ya la sensación del “miembro fantasma” y que mi cuerpo estaba hecho añicos. Preferí no moverme ni abrir los ojos. Tumbado en el piso, aturdido, sentí humedad en la cara, una rasposa humedad. Abrí los ojos y vi a Toulouse cubierto de polvo lamiendo mi cara. Maulló. De entre la nube de polvo vi aparecer una mano de largos y fuertes dedos que tomó mi brazo. Era Duverger. Me paré con mucho esfuerzo. Ahí estaban Samara e Isabel observando con impotencia el escenario de la destrucción. Duverger se dirigió a sus asistentes.
-Señoritas, como lo esperábamos, Maese Chofonías está de nuevo entre nosotros. Por lo pronto destruyó mi recién remodelada casa. Estoy seguro de que el Dr. Lagarde nos ayudará a encontrar a Maese Chofonías antes de que lleve a cabo sus planes. Dr. Lagarde, como bien puede ver, no estoy tan loco-.
En esa atmósfera de destrucción y aún aturdido, me vi esbozar una mueca de impotencia ante el destino. La suerte estaba echada para dar inicio a la aventura que a continuación les voy a relatar…

3.03.2006

UN PEDACITO DE "LOS VELÁZQUEZ", NOVELA CENSURADA POR EL GOBIERNO...

LA CASA

Fade in. Vemos el portón de madera de una casa. Son dos grandes puertas corredizas para la entrada de los coches y una pequeña para los de a pie. La cámara enfoca los números de la puerta pequeña. Es el número 41. El portón es viejo, las moldura de madrea de los cuadros con los que está formado el portón están rotos, algunos, polvosos todos. De la cornisa cuelgan unos viejos sockets. Al pie de la puerta pequeña una perra blanca mira fijamente a la cámara y se acerca. Es una perrita que adivinamos es blanca, pues parece que nunca se la ha bañado, rechoncha, con su trompita negra. Un perro que se encuentra acostado en medio de las grandes hojas de las puertas corredizas, alza la cabeza y la cámara enfoca hacia su cabeza. Es un perro blanco con manchas cafés. Está tuerto: no tiene el ojo izquierdo. Se acerca hacia la cámara y se tira al suelo revolcándose en el pavimento. De pronto, se escucha un ruido, como un tornillo que es desenroscado. Vemos la puerta izquierda que es deslizada por un hombre que aparenta tener unos sesenta años. Desliza la puerta y se queda viendo fijamente a la cámara y, con una sonrisa, pregunta: ¿estás filmando? Se escucha una voz que dice “sí”. La cámara no pierde de vista al hombre de estatura media, corpulento, quemado el rostro por el sol, viste una camisa a cuadros de manga corta y unos pantalones de mezclilla con mocasines negros, abre la puerta de un coche gris de cuatro puerta. Se sube al lugar del piloto. Después de dos intentos echa a andar el coche, la cámara enfoca el humo del escapa. Aparece en cuadro una mujer de unos sesenta y cinco años. Se detiene junto a la puerta pequeña. La cámara va directo a sus rostro, ella levanta el mentón cuando se da cuenta que está siendo filmada. Con sus manos delante detiene las asas de su bolsa. Se adivina que en su juventud fue una mujer hermosa. Ahora, su rostro está lleno de arrugas, con los párpados caídos. Su actitud denota cierta arrogancia. El auto sale a la calle, la mujer entra por la puerta del copiloto. El auto se aleja. La cámara se acerca a la entrada de la casa. Es un garage de piso rojo, los sockets también cuelgan. El piso está sucio, con manchas de grasa con pelos de los perros pegados, pasto seco. Una envoltura de papitas y una lata aplastada de Coca-Cola light. Es un garage para dos autos. A un lado del garage vemos una franja de jardín con un par de llantas viejas sobre el zacate, botellas de cerveza esparcidas, una cruz de madera sobre un montículo de tierra. Escuchamos una voz que dice: “Bajo esa cruz yace el fiel Demóstenes. También hay otros perros enterrados aquí en este lugar que apesta a orines”. Vemos en el garage madera vieja apilada,, que ocupa uno de los lugares de estacionamiento. También hay dos contenedores de basura. La cámara enfoca a un grupo de moscas paradas en un frasco con restos de cajeta. La cámara da un giro, vemos la cubierta de concreto de una cisterna sin tapa. La cámara enfoca hacia dentro de la cisterna: vemos agua sucia, con mosquitos, telarañas y basura. Luego vemos un amplio jardín. Está seco. No hay más que pasto seco. Es un jardín de treinta metros de largo por cinco de ancho. En la parte izquierda una gran pared descarapelada. La misma voz masculina dice: “Esa es la casa de mis abuelitos, bueno… era”. Unas raquíticas enredaderas crecen al pie de la pared. Hay tres sillas en medio del jardín, son de plástico, están cubiertas de polvo, al pie de una de ellas hay muchas colillas de cigarros sin filtro. La cámara enfoca una que aún despide humo. Nos acercamos a la casa. Pasamos junto a un gran fresno que crece casi en frente de la fachada, en la esquina que forma una pared de ladrillos y un ventanal vemos un tronco de yuca que yace en el suelo. De él brota un par de retoños de yuca. La cámara, en tild-up nos muestra la fachada de la casa: son amplias ventanas, con la herrería oxidada y deshaciéndose. “Parece el Titanic”, dice la misma voz. En medio de las ventanas, una------ de ladrillos en posiciones horizontales y verticales. La fachada está pintada de blanco, descarapelada. Seguimos el recorrido. El porche con una lámpara de estilo colonial sin focos, con telarañas. El piso es de cerámica color barro hay huellas de pisadas, bolsa de pelo de los perros, briznas de pasto seco, una tira de celofán de cigarros, una escoba de plástico recargada sobre una de las paredes blancas, un registro de aguas destapado. En la pared del lado derecho, justo en medio, un nicho de cantera done hay una escultura de la Virgen de Guadalupe echa por uno de los miembros de la familia. A los lados del nicho, el mismo modelo de cerámica, que representa al sol y a la luna, pero pintadas con colores diferentes. En la pared que queda en medio de las puerta de servicio y principal, una maceta de cantera, con follaje artificial. Sobre la maceta, clavada en la pared, otra cerámica del sol y la luna, pero más grande. La puerta principal está entreabierta. Es una puerta con dos agujeros done alguna vez estuvo una chapa. La puerta de servicio, al otro lado, se encuentra cerrada y también presenta los mismos agujeros. Una mano empuja la puerta principal. Escuchamos el radio: la voz de un locutor dice que son las 11:30 de la mañana del 18 de abril de 2005. Entramos a la casa. Es un pasillo con un viejo piso de terrazo. Al lado derecho una puerta que da al medio baño. Al lado de esta puerta un rústico mueble de madera. Tiene tres cajones y dos puertas laterales. Encima del mueble cuelga la litografía de una acuarela de E. Coghlan. La cámara enfoca el cuadro y vemos el número 801/1000. Es una acuarela de un panteón en un pueblito de la provincia mexicana. Hincados frente a una tumba dos personas: un anciano con un sombrero en las manos, a su lado una anciana enrebozada; en uno de los lados de la tumba una mujer, también enrebozada, de edad media, de rasgos indígenas, apoya las manos entrelazadas sobre la tumba, tiene una mirada nostálgica. La cámara se pierde en esa mirada. Un corte abrupto. Sobre el mueble y bajo la litografía mencionada vemos fotos enmarcadas en marcos plateados y de madera. Al centro y exactamente bajo la litografía una foto blanco y negro de boda tomada en estudio, de medio cuerpo. Es un hombre vestido con un traje negro, corbata clara y pañuelo. Aparenta unos treinta y cinco años. Tiene un aspecto de serenidad. De rostro cuadrado, labios delgados, mandíbula cuadrada, de tez blanca. Su cabello es quebrado y escaso con visibles entradas. Es un hombre corpulento. La mujer con su ramo blanco y su traje de novia. Es una mujer hermosa, de tez blanca, rasgos finos, aparece con una ligera sonrisa con sus labios medianamente gruesos. Una diadema blanca en su cabello también quebrado. Él detrás de ella, los dos de perfil. A los lados de esta foto, hay marcos más pequeños con fotos de niños, fotos de la familia, de amigos y parientes. La cámara da un giro y vemos la escalera, que se encuentra enfrente del mueble de las fotos. Un barandal estilo colonial pintado de negro. Los escalones están recubiertos de terrazo. En el cubo de la escalera cuelga una gran imagen, con marco dorado, de la Virgen de Guadalupe. La cámara hace un zoom in en el rostro de la Virgen. Corte. Bajo la escalera un sillón junto a la mesa de madera donde está el teléfono. Sobre la mesita un florero de cristal, una figa de madera. A una lado, un viejo baúl de madera, encima de él unas cruces de madera y repujado y otro cuadro de la Virgen de Guadalupe, con repujado, óleo y cera, obra de otro miembro de la familia. En la pared donde está la mesa del teléfono, dos retratos al carbón de dos mujeres jóvenes y una fotografía de la misma mujer-novia de la foto. Del otro lado de la escalera, la sala. Los muebles se ven descuidados. Son dos sofás y dos sillones individuales. La cámara enfoca una lámpara de almendrones. A un metro de la sala y bajo la lámpara de almendrones, está el comedor: una mesa de sólida madera, con sus ocho sillas, El vidrio que cubre la mesa rectangular está roto en una de las esquinas. La cámara enfoca una reproducción del El Hombre del Yelmo Dorado, con un sobrio marco dorado. Junto está una reproducción de la Mona Lisa, con un marco dorado garigoleado. Una lámpara de pedestal alto con una pantalla de pergamino resquebrajada. A su lado, frente a la mesa del comedor, un gran espejo, también de marco dorado. El espejo está arriba del mueble buffet, donde hay un florero de cristal y una licorera. En el reflejo del espejo vemos al camarógrafo: un hombre delgado, alto, con gorra, viste una camiseta agujerada, sostiene la cámara y sonríe frente a su imagen. Sin que podamos verle el rostro podríamos decir que ronda los treinta años. Hay un ventanal detrás de la mesa del comedor. Vemos que una mano abre las cortinas. Hay una terraza. Vemos que los vidrios están muy sucios. En la terraza, que da a un jardín seco donde alcanzamos a ver una especie de cabaña sin techo, descansa un gran gato negro que se da cuenta de la presencia. Voltea. Zoom-in a la cabeza del gato. Vemos como abre el hocico para bostezar, luego se nos queda viendo fijamente. En la terraza hay varias latas vacías de atún con restos de leche y comida para gatos, hay escobas, trapeadores, dos botes de basura, cartones, el piso está cuarteado y con manchas de grasa, hay botes vacíos de cloro, restos de comida, unos tenis puestos a secar al sol. Una mano abre una de las puertas corredizas que dan a la terraza. Desde la terraza, la cámara se adentra en la derruida cabaña: un viejo sofá a medio podrir, sábanas tiradas, una llanta de bicicleta. Madera vieja amontonada, basura, otro gato echado. La cámara vuelve sobre sus pasos, reconocemos la puerta principal, a un lado de ésta una puerta. Una mano da vuelta a la chapa: vemos dos mesas de madera cubiertas de cartones, hay tijeras, pegamento. Vemos el ventanal que da al jardín de la entrada. Las cortinas están cerradas. En una de las paredes, junto a la puerta, está una litografía de un cuadro de un cartel con una obra de Joan Miró, que anuncia la exposición Constellations. Junto a éste, un pequeño espejo circular con un marco similar al del espejo del comedor. La cámara vuelve sobre sus pasos, pasa por la puerta principal, por el porche, por el jardín, por el garage, por el portón abierto. El portón es deslizado, mientras una voz, la misma, dice: “Ésta es mi casa. La casa de la familia Velázquez”.

DEGUSTE UNA PROBADA DE "SEXTO SOL", NOVELA QUE LLEVA AÑOS GUARDADA...

Miércoles 3 de octubre de 2001
3:00 hrs.

Te sientas entre urnas vacías tus piernas en flor de loto...todo se desdibuja con la presencia de Naiki como en un texto baudeleriano: la imagen de Naiki sobresale recortada sobre el fondo Naiki mira tu boca ¿ya la viste? ¿qué piensas cuando te ves desnuda frente al espejo? ¿no te habla el espejo diciéndote que eres la más bella? ¿no se asoman duendes, gnomos y sátiros para apreciarte? ¿no se cuelan por la ventana el sol y la luna para alumbrar tu cuerpo? ¿qué cruza por tu mente cuando la espuma del jabón recorre tu cuerpo? mírate la boca Naiki tienes el labio superior levantado un ángel te tocó con su dedo índice un arcángel enamorado te acarició con dedo etéreo cuando dormías sí despertabas y vaciabas el cielo: todos los ángeles contigo prueba irrefutable de la existencia de un Dios teóloga mártir sacerdotisa santa mira tus labios una boca perfecta rosa y ciertamente roja un beso basta para sanar al mundo una rosácea y justa boca tus piernas una larga pierna carnosa y tierna bronceada bronseda adelante y una torneada bronceada pierna atrás qué has hecho de tu vida qué es la mía Naiki han pasado muchos pocos años desde que quedé infatuado de ti tu cuerpo tu rostro Naiki han madurado yo no lo he hecho: sigo obsesionado carajo el bendito maldito momento de cargar tu recuerdo mi cruz mi pena mi olvido he aquí que hago el recuento de tus poros en esta insomne noche de destierro un poro dos tres tus cabellos tus vellos y tus manos ajajá tus manos me basto con tus uñas con el mísero recuerdo de tus uñas desfallecer con la debilidad del amante arrojar hinojos a tu paso hossana hey hossana hey rociar con cientos de aromas tu lecho diáfano derramar incienso a tus pies emprender una y mil noches una y mil cruzadas para recuperar el Sagrado Lugar de tu Corazón para arrebatar de los infieles la Sagrada Ciudad de tu Alma para regocijarme con la Victoria y beber del Santo Grial de Tus Labios

Baby Since I’ve been loving you
I’m about to loose my worried mind

Ródax termina de forjar el cigarro: es un rechoncho muchacho hecho Naiki fumas quien fuera cigarro no me importaría consumirme y regresar a la ceniza antes de lo previsto con tal de verme envuelto por la humedad de tu boca mírate envolviendo el marro mira tu labio superior Naiki una yerbita quedó pegada en él yerbitabendita te la quitas del labio la avientas esta tranquilidad me invade la ansiedad se disuelve en la tibieza puedo verte mejor Naiki esta ansiedad presente en todos lados y apenas se disulve ahí está la palabra acechante ¡zas! regresa nos envuelve otra vez como en aquél sueño que tuviste: envuelta en un capullo encerrada en la membrana deseabas escapar y luchabas estirando el cuerpo para romper el elástico capullo por fin recobraste tu libertad pero no eras mariposa ni volabas sólo caminabas errática en un triste jardín otoñal sentías angustia ansiedad una asfixia indolora decías que era tu alma pugnando por su plenitud y yo aquí encapullado Andrea se caga de la risa ¿quién saca unos sobrecitos? lo presentí Naiki Naiki te agachas al espejo donde reales y reflejadas líneas blancas te esperan respiro de la divina salud de tus hermosas únicas sublimes y místicas nalgas porque hay conexión entre ellas y lo Divino ¿qué piensas cuando acabada de bañar secas tu cuerpo con una toalla suave y desnuda por tus dominios buscas el aceite o la crema para ungir humedecer tu piel? ¿en qué piensas cuando escoges el calzón del día y metes tus piernas en la prenda que respirará del aire que recorre tu monte de venus y que rozará por felices horas tu arboleda púbica? ¿qué piensas cuando compruebas lo justo del calzón echando una ojeada al espejo pasando las palmas de tus manos sobre la tela que te viste? eres mi sueño de opiómano y ahora es mi turno de respirar... ... ...el mundo el vacío es diferente ansioso de energía poder tal es la palabra poder así somos poderosos el poder no es más que un estado de ánimo poder por algunos minutos el poder dispuesto en líneas inmaculadas cómodas no hay que luchar por él es el poder individual único indivisible propio de uno y de cada uno el poder no se toma: se aspira es hora de un tequila de su morral Gabriel saca algunas cápsulas encapsuladas pongo sobre mi luenga lengua que se despliega interminable ante mis ojos y bebo tequila pasa por mi esófago cae en el estómago para empezar a ser absorbida la capa entérica se deshace lentamente la sustancia convive con las células del estómago después mi sangre recibirá esto que se parece al famoso neurotransmisor vulgarmente conocido como serotonina pero antes del estado de gracia vendrá el sacrificio el costo de la búsqueda: una depresión momentánea terrible estrellarse contra el suelo pero antes de todo: la espera el tiempo tedioso por antonomasia media o una hora antes del bajón y luego la tranquilidad no el frenesí como los otros son las ventajas de la deficiencia en la producción del neurotransmisor bebo viéndote Naiki vivo aquí en un universo en un mundo en un planeta en un país con una historia que no me pertenece ni me pertenecerá a qué viene esto no me importan las economías ni las políticas ni las independencias ni las pobrezas ni las distribuciones malthusianas ni las pestes del siglo ni los mitos ni el futbol ni las elecciones no me importan las devaluaciones ni las sangrías de capital ni los capitales golondrinos vivo indiferente a la marginación indígena no me importan los catequistas con ideas progresistas ni los comunistas ortodoncistas solamente me importas tú Naiki me importas tú tú tú eres mi patria mi suelo mi tierra mi religión mi credo mi casa mi hogar mi infancia mi vejez mi agonía mi muerte mi esperanza mi cielo resurrección mi azul mi noche eres todos los crepúsculos las tardes que languidecen el trino matutino de los pájaros el rocío Naiki tú y yo sabemos que no eres posible eres mi creación yo te parí te bauticé te alimenté te cogí te enterré y te resucité así de sencillo: eres mía no soy la hiedra que se enrosca en el árbol milenario tampoco soy el guijarro pulido por tus aguas nada de eso Naiki allá viene el bajón míralo allá viene siento pesada la cabeza sentirse aniquilado por unos instantes eternos sentir el peso del mundo en la nuca es el precio y no vamos a Wiricuta el preludio de la tormenta gozosa está aquí y el cuerpo se afloja quiere desplomarse tiendo mis brazos invisibles hacia ti somos seis en trance el precio sacrificio la resta queremos llorar y no se puede nos envolvemos en capullo para despertar mariposas ya se va Naiki ya se va se acerca el calorcito en el alma se siente lo sientes? mira la ansiedad desaparecer una tibia calma esperanzada nos envuelve algo hermoso abre su capa nos obligamos a partir a departir con el mundo ser uno y varios a la vez sentir honestos contactos volver a la humanidad que siempre debió haber sido fin de siglo o inicio no importa la felicidad primigenia nos reclama: entreguémonos sinceros sin malicia así humanos al fin y al cabo el mundo como chicle se despliega ante Nostros los pasos en una alfombra de nube start run-run-run Ródax al volante del coche de ensoñados los semáforos su luz tus ojos y tú tienes el misterio en el rostro meter el mar en tu boca tu rostro es futuro yo lo pensé lo encontré frente a mí (rada) de ojos predestinados tu voz tonalidades multicolores Naiki mírame y mírate en búsqueda convencernos de que somos visiones gemelas te asumo como ilusión óptica alucinación es dulce la sangre alterada que corre en las vivas venas el microbio que nos revuelve el alma está contenido por algún tiempo sin pensar en nada pensar en todo nadar nadear la alberca el mar flotando solos indiferentes la desgracia no existe Salmo Naiki: Junto a Ti no hay Temor tranquilidad nos abarca de pies a cabeza fija tu mirada en el piso como estatua el cuerpo impasible impávida impermeable control socrático el pensamiento contemplación mira el panorama: palacio coronado en cobre nos saluda ¿ácido? no gracias digo sin convicción yo sí dices Naiki dice Naiki ya estoy escuchando el sueño de tu viaje ¿cuándo sucedió esto? la mica en tu boca en tu lengua en tu saliva de nuevo tus labios la cama de tus labios Naiki el éxtasis del labio La Bio la vida de tu labio vida propia la almohada que formé en noches de insomnio robé ideas me creí Dios candente cachorro cachondo hondo profundo profuso el estacionamiento el escenario caminan seis siluetas bajo el cielo nublado estremecidos cuerpos Naiki amor del fonógrafo amorcito corazón dicen que por las noches te pido ácido dame ácido bésame con el labio que besó a la serpiente alcanzo a Ródax mejor sí quiero córrele al coche Naiki me acompañas abro la puerta lateral se desliza ssuij la cajita disimulada en el cenicero dentro el á bésame Naiki no mejor yo te beso no te digo te lo miro nos acercamos con el ritmo de los elegidos uh yeah béiby nos acercamos tan lento un segundo son miles doblamos la cabeza sin perdernos de vista sin cerrar los ojos alto al beso primero el tacto te acaricio el rostro moreno mi dedo en tu labio Naiki ahora yo soy el ángel es la lentitus la cámara lenta de los enamorados tu boca acaricia muerdo tu Labio Superior exprimo te tengo te tengo en el beso en la respiración es hoy Naiki ahora today tuDei nos enlazamos las lenguas es hoy que apretamos nuestras bocas